Si algo tuvieron en claro tanto la ex presidente como el actual mandatario, fue que a la hora de elegir un compañero de fórmula, la elección fuese por alguien que les permita calmar a los mercados.
Lo cierto es que con el anuncio de días atrás, de que Alberto Fernandez sería el candidato a presidente de Cristina Fernandez, no alcanzó para que los números hablasen, aunque el entorno kirchnerista aplaudía la jugada sobre el postulado de que «el mercado» vería con buenos ojos dicha decisión.
La noticia rimbombante de ese sábado por la mañana en donde se dio a conocer la fórmula Fernandez-Fernandez y los días venideros, incluso con la internación de Alberto, no sólo fueron el foco de atención de periodistas, analistas políticos y consultores, sino que además obligaba a los otros partidos a aunar fuerzas en pos de la competencia que se viene.
Y allí el Peronismo, con un Schiaretti ganando en Córdoba y los números que pudiera aportar Massa a quien lograse cautivarlo y «traerlo para su corral».
Ayer martes, la misma repercusión mediática tuvo el anuncio oficialista, de la invitación que el presidente Macri le hizo al otrora jefe de la bancada kirchnerista en el Senado, para que lo acompañe en la fórmula para los próximas elecciones. Y un referente del Peronismo como Pichetto aceptando a acompañarlo.
Los partidarios y detractores de cada uno de los actores y actrices de esta novela, depositaron muchas energías en producir y hacer circular los «memes» correspondientes, y salió a la luz la falta de coherencia en la política, ya que si Massa se acercase a quienes criticó por años, eso no sería leal a los principios que vierte en sus discursos; que si Alberto luego de estar distanciado de Cristina y haberla denostado públicamente, ahora jugaba para ella, era una falta de respeto a quienes hasta ahí había cautivado como seguidores; que Pichetto había opinado de Macri hace muy poco que no podría ser reelecto un gobierno que aplicase este nivel de ajuste; y muchísimas críticas más. Pero parece que en política, poco juega la coherencia y la congruencia.
Claro que están los partidarios elogiando cada una de sus decisiones, ya que, si bien a muchos no «les cierra» del todo, quizás sea el momento de desviarse un tanto del camino para lograr que la Argentina salga adelante (o convenir puestos de interés en cuanto a poder se refiere para quienes revisten en sus filas)
Pero si en algo han coincidido todos, es que la economía se irá solucionando en tanto y en cuanto los mercados acompañen. Y si de eso se trata, ayer, luego del anuncio del Presidente y la conferencia dada por quien será el Presidente del Senado con amplio conocimiento de dicho lugar, -si es que primero ganan las elecciones-, los mercados se manifestaron a favor.
El Merval avanzó 5,05%. Las acciones y bonos argentinos crecieron en hasta un 18% en Buenos Aires y Wall Street. El dolar volvió a bajar y perforó el piso de los 46 pesos, cerrando en $45,94. Y el Riesgo País, -ese numerito que mide la probabilidad que tiene un Estado de pagar sus vencimientos, y que por ende es un aviso para los inversores que pueden tentarse o no a poner su dinero en la Argentina-, bajó 66 puntos básicos, posisionándose tras el anuncio, en 849.
De aquí en más, una carrera que intentará cautivar al electorado, pero está claro que la elección de los principales candidatos a la hora de elegir a sus compañeros de fórmula es pensar en la reacción de los que podrán acompañar o «tumbar» económicamente al futuro gobierno. El principal objetivo: la gobernabilidad.