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El 23 de noviembre pasado, se publicó en el Boletín Oficial la Ordenanza n° 3551 declarándose a Berisso «Ciudad Libre de Pirotecnia».

Muchas personas fueron las que se preguntaron por qué, durante estas fiestas hubo zonas de la ciudad en las que se explotaron cohetes de diversa potencia. Incluso, en algunos locales comerciales, no específicos del rubro, se añadió como todos los fines de año, la pirotecnia como artículo de venta.

La respuesta a esto es que la norma que establece «la prohibición de uso particular, tenencia, guarda, manipulación, transporte no autorizado, venta o cualquier otra modalidad de comercialización…», entra en vigencia a los 180 días de su sanción, por lo tanto, este fin de año todo sigue igual y recién en marzo de 2018, cualquiera que infrinja la ordenanza será pasible de las sanciones que la misma establece, ya que el Concejo Deliberante la sancionó el pasado 21 de septiembre.

Por lo pronto vale aclarar, que como todo cambio cultural, se va viendo de a poco reflejada en los comportamientos de gran parte de la ciudadanía, la intención de no dañar ya el medio ambiente con la contaminación sonora, no molestar a las personas enfermas con los estruendos clásicos de las fiestas, y no colaborar con el extravío de animales que se asustan por el accionar de quienes elijen festejar con métodos, si bien tradicionales, ya muy cuestionados.

En estas fiestas hubo menos compra de artículos pirotécnicos, menos daños a la propiedad privada y menos heridos que en otras épocas. El próximo año, no debería haber nada.